A un padre ejemplar, hombre de ciencia, servicio y hogar

 Por: Dr. Pablo Holguín

Legado a través de los tiempos del Dr. Reynaldo Almánzar, viniendo desde el claro y oscuro mundo de un campo donde escasamente se veía el despuntar de la vida, en cada oportunidad del saber que pasa a través del tiempo ocurre la noche y llega el día con el claro despunte del sol a través de la mañana, a veces lleno de esperanza avanzando en el camino de la ciencia porque eso fue a quien conocí a través de los años en que muchas veces tuve la oportunidad de sentarme en su entorno cercano del cual todo lo que se emanaba era ciencia, sabiduría, entrega, dar sin esperar, entregarse a servir.

Puesto en el punto equidistante donde se alcanza a ver un rayo de luz y ese rayo de luz entraba por el resquicio del hábitat de un científico que junto a su esposa se complementa cuando se traducen textos en inglés del Journal americano, se oía hablar mucho en ese tiempo a través de su voz, de las escuelas de enseñanza argentina, venezolana, uruguaya, méxico y dominicanos donde se compartían elementos de conocimientos de sabios, que compartía el Dr. Almanzar caminando en el camino de la ciencia para alcanzar y dar a sus hijos el culmen de la gloria del saber al transmitirse a través de su voz y sus manos, sus sabios consejos, verle explorar con tanta seguridad las áreas anatómicas con tanta habilidad que era propio indiscutiblemente de la ciencia del conocimiento alcanzado en otros países con grandes maestros y venir a compartir la sabiduría de lo aprendido, sólo había un temor en su interior y era la vida misma y el tiempo porque vio partir muy joven a su padre, no se como pude asimilar sus conocimientos de manera temprana, pero como no lo iba a conocer si a su lado aprendí como se caminaba el camino seguro en lo difícil que es seguir el trayecto de la medicina. Hurgaba en su biblioteca muy temprano, claro en principio limpiaba y trataba de ordenar aquellos libros que con el tiempo han formado parte de la bibliografía de instituciones al cual ha donado a nivel de universidad de sus sabios conocimientos alcanzados a través de la lectura, muy temprano se levantaba y estudiaba una hora diaria antes de irse a su labor en el servicio de la salud, era común en él hacer una oración en ese lugar sagrado donde él aquilatar su fe.

En un tiempo de su vida profesional su sabiduría fue tanta que no pasó ningún joven médico que él no tratará de enseñar lo que aprendió en su camino de la práctica y los estudios que de manera contínua hacía, para lo cual recibía ayuda en traducir libros de inglés por parte de su compañera esposa Rosa Elba Carron de Almánzar que siempre estuvo presta a ayudarle en esos menesteres.

Jóvenes profesionales algunos de los cuales se preparó profesionalmente en el área de la ginecología y obstetricia, seguro de que muchos de los aspectos aprendidos a través de compartir mano a mano con él, el Dr. Almánzar y oirle hablar de grandes maestros como Zarate Alvarez Bravo en México y otros tantos de la escuela Argentina y de la escuela Uruguaya, no dejando atrás los conceptos de la escuela Española, tan avanzado estaba en sus conocimientos que jóvenes que nos íbamos en busca de conocimientos en el exterior al regreso nos dabamos cuenta que estuvimos siempre al lado de un maestro tanto en lo docente, en lo humano y ese trato espiritual que de su yo salía para aportar conocimientos observando medios tecnológicos que ya antes de partir veíamos como lo usaba, con cuál destreza lo veíamos actuar.

Fue un gran cirujano vaginalista donde muchos jóvenes especializados no han podido descollar en su ejercicio, para él era una satisfacción desarrollar esas técnicas quirúrgicas siempre llamándola por su nombre y dando las explicaciones de los pasos a dar en la realización. Era un gran cirujano en el área de la ginecología, siempre con esmerada delicadeza acaba alcanzando los éxitos que lo hicieron descollar como uno de los maestros de la ginecologica obstetricia, los que le han merecido tantos reconocimientos en su área pasando por todas las instituciones que han reconocido en él su gran capacidad para merecer nombres de instituciones que aquilata su nombre a través del tiempo sin que él mismo se olvide, sino que permanezca a través del tiempo, tanto en lo local, social, general catalogado como un gran maestro de la medicina y así reconocido.

Manejaba casos especiales de la ginecología de la reproducción humana en esa época las cuales inspiraron a saber más y más de cada una de estas cosas para ponerla en práctica cuando fuera de lugar por parte de lo que al lado de él se aventajaban a través de sus conocimientos, aplicando dichos avances científicos al saber humano, era un gran maestro, un gran docente, un gran servidor; sin el complejo de tener la excelsa sabiduría para enseñar a los que necesitaban sus sabios conocimientos.

Dr. Almánzar si estuviera usted observando en el actuar de los días todos los reconocimientos que cuelgan en las paredes enteras de su casa y oficina, donde figuran reconocimientos de muchos lugares del mundo.

Algunos títulos maestro de la medicina, lleva su nombre el Hospital Materno en Santo Domingo, Sala de estudio de la Maternidad La Altagracia, fundador de la Universidad Nordestana, fundador del recinto universitario de la UASD en San Francisco de Macorís, magistral de la ciencia a la vez que expositor en todos los congresos y/o eventos científicos mientras ejercía, participante de eventos internacionales y congresos. Aportó a la formación de varios jóvenes entusiasmados con conocer la ginecología y obstetricia conduciendo y llevándolo al lugar base.

Sirva su ejemplo a las futuras generaciones de profesionales del área ginecológica y obstétrica, área de trabajo donde ejerció sus funciones; fundador de clínicas y centros médicos privados.

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