Iglesia Católica Apostólica Nacional Brasileña. Dios, Tierra y Libertad

La Iglesia Católica Apostólica Nacional Brasileña surge en 1945 por un obispo llamado Carlos Duarte Costa. La ICAB se separó de la Iglesia Católica Romana inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial y pretendía hacer un movimiento nacional para el retorno de un cristianismo puro, el cristianismo del tercer siglo, para la liberación religiosa de nuestra tierra y de nuestro pueblo. Su objetivo era liberar a Brasil del yugo funesto del más odioso de todos los poderes políticos: el imperio del Vaticano.

Recordemos ante todo que San Carlos Duarte Costa viene de una formación romana, especialmente en el Colegio San Pío Latinoamericano de Roma, donde todos los que se forman en ese seminario tienen como objetivo implantar en tierras extranjeras el catolicismo del Vaticano, cuidando sus intereses. Por eso, San Carlos Duarte Costa repudia fuertemente el clero extranjero, especialmente el proveniente de Europa, que viene a implantar un catolicismo imperialista y explotador contra la religiosidad del pueblo y la libertad religiosa.

La figura de San Carlos Duarte Costa es controversial. En 1932, durante la Revolución Constitucionalista, formó el Batallón del Obispo de Maura, es decir, el Batallón de Cazadores, donde ayudó económicamente a ese ejército para liberar a Brasil de la dictadura de aquella época. Podríamos decir que no fue bien visto por el imperio del Vaticano, porque sus intereses económicos estaban en peligro. Como consecuencia, la Iglesia del Vaticano Segundo en Brasil, unida al gobierno de turno, encarceló a San Carlos Duarte Costa en 1944, pero debido a la presión de la prensa brasileña, el primer ministro británico Winston Churchill, los derechos humanos y las Naciones Unidas, lo liberaron.

En 1945, al ser fundada la Iglesia Católica Apostólica Brasileña, comenzó una nueva aurora para el cristianismo en Brasil y en el mundo, donde empezó a consagrar a sus primeros obispos, como Salomón Ferreira, entre otros. En 1948, la Iglesia Católica Apostólica Brasileña fue cerrada por el gobierno, que alegó que los sacerdotes de la nueva iglesia estaban utilizando sus ritos, vestiduras y liturgia. Ya para 1949-50, se reabren las puertas para la Iglesia del Tercer Siglo, donde San Carlos Duarte Costa presentó ante el Tribunal Federal el cambio de vestiduras: la sotana gris con botones verdes y amarillos, junto a otros instrumentos litúrgicos. En su decreto, le pidió a sus sacerdotes y obispos que, en procesiones, misas campales o en cualquier otra aparición pública, los sacerdotes debían utilizar la bandera de la Iglesia, junto con la bandera nacional como testigo. Este decreto fue publicado el 2 de diciembre de 1949 en la revista *Lucha*, número 10.

Un dato importante es que San Carlos Duarte Costa, cuando se enteró de su excomunión por los periódicos de la época, él mismo dijo en la revista *Lucha*: «Mi excomunión fue motivada por la denuncia realizada en 1942 de que los agentes del fascismo estaban infiltrados en el clero, y también por el prefacio al libro *El poder soviético*, en el que se presenta a Rusia como soldada de la democracia contra los tiranos fascistas, por la denuncia de que el episcopado de las naciones americanas era condescendiente con el fascismo y aún pedido de archivo de las encíclicas *Rerum Novarum*, *Quadragesima Anno* y *Divini Redentoris*. Por eso, San Carlos Duarte Costa dijo: ‘El obispo de Roma Eugenio Pacelli no tiene el poder de excomulgarme y yo soy más obispo de Río de Janeiro, habiendo sido elegido por proclamación popular, que el obispo de Roma, elegido por cardenales italianos.»»

La Iglesia Católica Apostólica Nacional Brasileña permite a sus sacerdotes que puedan casarse, tener una profesión civil o militar. Todos los servicios se realizarán en lengua vernácula, separándose de la Iglesia Romana para restablecer la Iglesia de Cristo en su pureza, corrigiendo sus errores. Pretende centralizar la figura de Cristo para que todos los cristianos, en el verdadero Cristo, puedan tener su modelo y abogado ante Dios Padre.

El templo social para San Carlos Duarte Costa y la Iglesia Católica Apostólica Brasileña debería tener, como él decía, que donde nace la Iglesia brasileña, nace con una obra social. Son aquellas primitivas comunidades cristianas donde se ponía en práctica el espíritu de fraternidad, viviendo todos por uno y uno por todos, no existiendo todavía en esa época el Imperio Romano.

Por otra parte, Don Carlos Duarte Costa murió el 26 de marzo de 1961, a los 73 años de edad, 50 años de sacerdocio y 37 de episcopado. Fue elevado a los altares en 1970 por el Concilio de la Iglesia Católica Apostólica Nacional Brasileña, dejando 98 sacerdotes y diez obispos en casi todo el estado de Brasil.

Comparto con ustedes este documento escrito por San Carlos Duarte Costa, donde él dice: «La Iglesia Católica Apostólica Brasileña es una sociedad religiosa que tiene por estructura las enseñanzas bíblicas del Antiguo y Nuevo Testamento. Es católica porque profesa la fe cristiana difundida en todo el mundo por todos los cristianos, considerando como sus hermanos en Cristo a todos aquellos que aman a Cristo y lo respetan como Dios, como hombre, como filósofo. Es apostólica porque yo soy verdadero sucesor de los apóstoles y de todos los actos practicados por mí son válidos y lícitos. Es brasileña porque es nacional, porque se desagrega de la Iglesia Romana, no reconociendo como jefe al jefe de la Iglesia Romana, considerando su jefe al episcopado nacional, conservando los usos y costumbres tradicionales de nuestra tierra. En todo el territorio nacional habrá circunscripciones eclesiásticas denominadas diócesis,
sujetas al gobierno y administración de un obispo diocesano con amplia jurisdicción, pudiendo crear parroquias, capillas y otras organizaciones religiosas dentro de la legislación patria. Los obispos son elegidos por las comunidades religiosas de cada diócesis, confirmados por el clero y el episcopado nacional, siendo esto consagrado por otro obispo de acuerdo con el ritual. La sucesión apostólica heredada de San Carlos Duarte Costa se hace presente en que la Iglesia de Roma reconoce la consagración del obispo Salomón Ferreira, quien fue uno de los padres conciliares del Vaticano Segundo, pero no le dieron la subsanación, sino que aceptaron su consagración episcopal. Con esto, Roma reconoce que todo lo que San Carlos Duarte Costa consagra está consagrado. Por consiguiente, podríamos decir que, para que estas consagraciones sean válidas, primero, la ceremonia debe ser realizada por un obispo válidamente consagrado, y el obispo a consagrar debe ser un sacerdote válidamente ordenado. Segundo, ambos deben tener la intención ministerial de hacer lo que hace la Iglesia. Tercero, debe haber imposición de manos por el obispo consagrante sobre el consagrado. Cuarto, debe recitarse la fórmula esencial de las 16 palabras por el obispo consagrante.»

Una nota importante: San Carlos Duarte Costa es considerado uno de los primeros padres de la libertad religiosa en Brasil. Fue el primero, en 1945 hasta su muerte, un gran defensor de la libertad religiosa de las diferentes religiones de Brasil. Podríamos decir también que fue el primer obispo en celebrar la misa en la lengua vernácula, es decir, en portugués. Podríamos afirmar que la Iglesia Católica Apostólica Nacional Brasileña estaba más adelantada en sus cambios y estructuras que el Concilio Vaticano Segundo. San Carlos Duarte Costa fue uno de los primeros en lograr la ruptura entre Iglesia y Estado en Brasil, convirtiéndose el país en un estado laico sin el concordato.

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