Martín Polanco, el diseñador que nunca dejó de dar

Por Roberto Veras

SANTO DOMINGO ESTE, RD.- A los hermanos diseñadores Polanco los conocí a principios de los años 90, cuando compartíamos la apasionante tarea de musicalizar ambientes en “Elvis Disco”, un lugar icónico de aquellos tiempos en Santo Domingo Este. Desde entonces, Martín uno de los hermanos Polanco destacaba, incluso siendo muy joven, por su rectitud, responsabilidad y esa seriedad que sólo tienen quienes saben lo que quieren en la vida.

Fue precisamente en esa discoteca, entre luces, mezclas musicales y la alegría de la juventud, donde Martín conoció a quien más tarde sería su compañera de vida, su esposa. Y fue también allí donde muchos fuimos testigos del inicio de su camino, no solo como profesional del diseño, sino como un ser humano comprometido con su entorno.

Pasaron los años y, hace aproximadamente ocho, para mi grata sorpresa, me volví a encontrar con Martín en una actividad organizada por el Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE). Aquella vez no era el joven ayudante de su hermano de los 90, sino el invitado especial, reconocido por su labor filantrópica enseñando diseño gráfico a jóvenes del municipio.

Martín entendía que las oportunidades se comparten, que los talentos deben ponerse al servicio de los demás, y por eso dedicó gran parte de su vida a enseñar lo que él sabía. Su objetivo era claro: que otros muchachos y muchachas tuvieran la misma oportunidad que él tuvo alguna vez.

Hoy, escribimos estas líneas con dolor. Martín Polanco ha partido trágicamente en el lamentable incidente ocurrido en el centro de diversión Jet Set. Su muerte enluta a su familia, a sus antiguos colegas, y a los muchos jóvenes a quienes marcó con sus enseñanzas y su ejemplo.

A veces, las noticias no alcanzan a contar quién fue verdaderamente alguien. Por eso, esta opinión editorial no solo es una despedida, sino un pequeño homenaje. Martín no era simplemente un diseñador. Era un sembrador de esperanza.

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