La tragedia de La Yagüiza, SFM y el morbo en las redes sociales
San Francisco de Macorís y el país quedaron estremecidos por el trágico accidente ocurrido en la comunidad de La Yagüiza, donde una joven madre de 23 años y su pequeña hija de tan solo 3 años perdieron la vida. La fatalidad se produjo cuando un gredar, al realizar maniobras en reversa durante trabajos en la vía, impactó a la madre y a la niña, arrebatándoles la vida en cuestión de segundos.
El dolor y la consternación se apoderaron de la comunidad. Sin embargo, más allá de la tristeza, lo que ha indignado a la sociedad es la manera en que este hecho ha sido abordado en las redes sociales. En lugar de respeto y solidaridad, una vez más fuimos testigos del irrespeto, la insensibilidad y el morbo que han desacreditado estas plataformas, las cuales deberían ser utilizadas para la información y el bien común.
El morbo por encima del respeto
Resulta alarmante la rapidez con la que se difundieron imágenes y el video del suceso, sin la más mínima consideración hacia los familiares de las víctimas. No se pensó en el dolor de una madre, un padre, unos hermanos o unos abuelos que, en medio del luto, tuvieron que enfrentarse a la cruel exposición de un momento tan doloroso.
Esta situación pone en evidencia una preocupante realidad: el crecimiento de un sector que ha invadido las redes con su falta de empatía, con su irrespeto a la privacidad y con su permanente búsqueda de atención a través del morbo. Son esos mismos actores los que han provocado que muchas personas decentes opten por alejarse de las redes sociales, temerosas de ser atacadas por uno de estos irrespetuosos.
Un llamado a la conciencia
Como sociedad, no podemos permitir que este tipo de comportamiento se normalice. Es nuestro deber rechazar de manera categórica la difusión irresponsable de imágenes y videos que solo revictimizan y profundizan el dolor de las familias afectadas.
Es hora de que la ciudadanía asuma una postura firme contra estas malas prácticas. No compartamos, no comentemos, no demos espacio a quienes buscan lucrarse del sufrimiento ajeno a través de galleras y gallineros digitales. Como dice el viejo refrán, “al monstruo no se le alimenta cuando está pequeño, porque cuando crece nos devora a todos”.
Rechacemos con determinación la exposición innecesaria del dolor. La empatía, el respeto y la solidaridad deben prevalecer por encima del sensacionalismo, el morbo y el irrespeto. Solo así podremos recuperar la dignidad de nuestras plataformas y hacer de nuestra virtualidad un espacio que valga la pena interactuar.
Foto de portada: “Leydis Mercedes López, de 23 años, y su hija Mayelyn Mercedes, de 3 años”.
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