Redes sociales y fake new: hogueras de moral
Como se ha insistido, las informaciones falsas, generalmente creadas adrede, solo persiguen confundir, engañar y manipular a las audiencias. Como se ha reiterado en artículos anteriores, están presentes en textos, imágenes, videos…, que con desconocimiento de su veracidad o no, son divulgadas en sitios web, cuentas personales y medios de comunicación, con marcada intención de calcinar las normas, costumbres, creencias, valores, tradición histórica,,,, en fin, la cultural de una sociedad.
Estas lineas hacen hincapié en los contactos de redes sociales, que, al hacerse eco de noticias falsas, ponen en peligro el disfrute de derechos humanos y fundamentales de la población.
Si bien es cierto que las fake new y la desinformación constituyen un acontecimiento rancio, engordado por el desarrollo de los mass media; máxime, en el Siglo XXI, donde el mundo esta digitalizado y la innovación que permea todos los ámbitos de la sociedad.
Es bien cierto que, la desinformación envuelta en broma, parodia, ideológia, engañifa…, ataca la norma, moral fundamental, colectiva, y la propia existencia del ser humano. Asimismo, aspectos positivos, sociales e individuales.
Indudablemente, las redes sociales han creado una sensación equivocada de pertenencia y autonomía. Por un lado, construyen relaciones basadas en interacciones digitales, cargadas de una falsa idea de amistad, superficial y limitada. Por otros las grandes empresas recopilan enormes cantidades de datos de cada persona que interactúa en ella, para utilizarlas en estrategias comerciales. iEsto hay que saberlo y recordarlo!
“Es tal la cantidad de información que recopilan, que está más allá de lo que cualquier gobierno puede recabar por sí mismo”. Afirma el connotado lingüista Noam Chomsky.
Las premisas coincide además, con aseveraciones de Umberto Eco, en cuanto a que, hoy, en la Era de la Información no podemos prescindir de los adelantos tecnológicos como la Internet…, pero, los contactos y medios electrónicos coadyuvan a que el mundo viva en una sensación de acompañamiento falsa.
“La memoria artificial en línea puede crear muchas referencias falsas en la construcción del conocimiento, sobre todo en las generaciones más jóvenes”.
Por ello, se ha insistido en la responsabilidad individual, colectiva, profesional que tenemos como persona, no solo las y los periodistas; parte fundamental del ecosistema mediático, de que: i antes de filtrar una información, sea verificada!
Con la gran cantidad de información, disímil que recibimos diariamente, podemos confundirnos, pero, es compromiso de todos identificar mensajes erróneos, contenido inexacto, engañoso; creado intencionalmente in omnia paratus, por personas que tienen la testa llena de heces, que terminantemente buscan causar daño público. Vulnerar derechos inherentes de los seres humanos, pero, en beneficio de sus iguales particulares, tras tergiversar los mensajes.
Sencillamente, al constituirse las redes sociales en aliadas de mensajes engañosos, descontextualizados, sin temor a duda, socavan la vida en democracia de los Estados, y el bienestar generalizado. Siendo portadoras de discomfort biosicopsocial; una pira para los valores universales y la moralidad social. Por eso, ino permitamos la viralización de esos mensajes!
La información interesada no debe ser aceptada o normalizada. Con la distorsión de argumentos se retrotrae el progreso cultural, se fomenta carencia de criticidad…, impide que las personas identifiquen su realidad, y puedan accionar socialmente.
Por ello, demandemos y participemos en alfabetización mediática y digital, permanente, como forma de conocer y hacernos amigables a las herramientas tecnológicas y plataformas digitales. Mientras, ejercitamos mayor profundidad en las investigaciones académicas. Verificamos toda información recibida; fact checking; accedamos a fuentes directas y a diversos medios para confirmarla.
De igual forma, siempre estar alerta, incluso, dudar de la veracidad de los mensajes aceptados, para jamás incurrir en compartir contenido dudoso. Con estas pequeñas acciones procuraremos que el impacto de la tecnología, la expansión de la digitalización, salvaguarde derechos, sacie la necesidad de información que tiene la población, forma de acceso y la buena norma. Porque la correcta comunicación es factor de desarrollo. Claro, siempre que se utilice sin fines lesivos.
La próxima entrega.
La autora reside en Santo Domingo
Es educadora, periodista, abogada y locutora.
santosemili@gmail.com
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